sábado, 23 de julio de 2011

Más que digna actuación de Jesús de Alba ante un lote imposible en Cabanillas del Campo


(En la imagen) El director de la Escuela Taurina de Guadalajara, Jesús de Alba, lanceando a la verónica

Gran expectación la que se había generado ante la corrida-concurso de ganaderías anunciada para el día de ayer en la localidad alcarreña de Cabanillas del Campo. Pero ocurrió que, una vez más, volvió a manifestarse esta grave epidemia de la que adolece la fiesta que es la del torismo mal entendido. El torismo en clave de “toro grande ande o no ande”, el torismo en el que el mejor toro no es otro que aquel que obtiene mayor baremación en la romana. Y así, sucede que una modalidad de corrida que necesariamente debería servir para enaltecer la figura del toro bravo, acaba convirtiéndose en evidencia de una realidad, la de la no existencia de un toro íntegro y completo, que preocupa e inquieta a profesionales y aficionados.
Pues bien, dentro de que faltó el toro la tarde fue interesante. Y lo fue porque la terna que hizo el paseíllo dio todo de si misma para agradar a un público para el que ya parecía suficiente castigo aguantar el soporífero ganado. Rafael de julia fue el encargado de abrir plaza con “Lunero” de la ganadería de Sepúlveda. Un toro con el que nada pudo hacer. Soso y desclasado el animal, molesto el viento y espeso, muy espeso el diestro, el triunfo resultaba imposible. Un hecho que se ratificó con el fallo en el uso de los aceros.
Con el cuarto de la tarde, subieron las cotas del diestro madrileño que estuvo muy firme y asentado ante su oponente con un toreo muy ligado y dejando muletazos con la mano diestra de gran empaque y despaciosidad. Tanto quiso exprimir al toro para dejar buen sabor de boca en los tendidos que el animal le volteó sin mayores consecuencias en el ocaso de la faena. Por todo ello, cortó una oreja.
El diestro catalán Serafín Marín demostró que aún queda mucha torería en Cataluña. Cortó un apéndice al primero de su lote, segundo de la tarde, en una actuación que fue más de voluntad que de brillantez. Brillantez que, en cambio, sí existió en el quinto toro del festejo que fue “coronado” como el mejor de la corrida. Con este sí, Serafín Marín estuvo muy torero tanto con el capote como con la muleta donde dibujó bellos y armoniosos derechazos que rubricó con una gran estocada. Así pues, el catalán guardó en su esportón un total de tres orejas.
No están con Jesús de Alba los dioses caprichosos del toreo. La diosa fortuna, especialmente, da la espalda de momento al diestro madrileño. Sorteó el peor lote de la tarde con diferencia. Su primero, marcado con el hierro de Galache, fue un buey de solemnidad con el agravante de que cuando se arrancaba el animal lo hacía con malas intenciones. Con el que cerró plaza se estiró con lances a la verónica Jesús de Alba y con la muleta llevó a buen término una faena en la que volvió a realizar un esfuerzo ímprobo y en la que estuvo por encima del toro yendo de menos a más. Una lástima que fallase con la espada.
Sábado, 23 de julio de 2011. Plaza de Toros de Cabanillas del Campo (Guadalajara). 2ª de abono. Media Plaza. Corrida-Concurso de ganaderías. Toros de Sepúlveda, Mari Carmen Camacho, Paco Galache, D. Antonio Pérez, D. Juan Luis Fraile (destacó) y Los Bayones para Rafael de Julia (azul marino y oro) palmas y oreja; Serafín Marín (lila y oro) oreja y dos orejas y Jesús de Alba (blanco y oro) palmas y palmas.

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